-Yo te dije
que no iba a ser fácil. Acuérdate que lo bueno tarda, este es tu tiempo.
Recuerdas cuando me decías “Angie el cielo no es el límite, es solo un punto de
vista.” ¡Pues ahora aplícatelo!, hay mucho más espacio arriba de lo que
llamamos cielo, tu querías conocerlo y ¡Mira! se te dio. Créeme que te entiendo
y sé que sin nerviosismo se pierde la magia, pero necesito que te calmes y te
arregles que pa’ esto fue que luchamos. No nos la bebimos para nada, apostaste
a tu talento y allá afuera hay miles de personas esperándote. ¡Visión chico! Acuérdate
lo que dijo mami Carmen tienen los ojos puestos en ti, así que deja las “changerias”
y picheale a los nervios. ¡Avanza papi te toca en 5 minutos! Eso es chequear el
sonido, alistar el micrófono, las luces y salimos.
Mientras se
respiraba un aire de tención, alguien apresuradamente abre la puerta y cae al
suelo una hoja de papel con una lista de canciones.
- ¿Dímelo
Pewee como esta eso allá fuera? Me imagino que “fuleteao” y encendio. Prepara
el micrófono que Austin sale en cinco y “está vuelto na”, mejor dicho, un
manojo de nervios. ¡Ni que fuera la primera vez que hacemos esto! Pero eso no
es na’ , “Dejemos que la música hable”.
De momento
la melodía del violín comienza a adueñarse del lugar y aquel hombre de la habitación
el que yo conozco por Austin comienza a convertirse en Arcangel.
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