Alla atras de la montaña, donde temprano se oculta el sol quedó mi ranchito triste, y abandonada ya mi labor. - “Mi Ranchito”;Antonio Aguilar
Nunca olvidaré mi niñez en el cerro del Popo, a lo lejos se veia el gran volcán de donde surgieron nuestros ancestros. Según la leyenda Toci, la diosa de los Aztecas, había creado al hombre de la lava del gran volcán. Sin embargo “el gran volcán”, no siempre fue simplemente un volcán, para nuestros ancestros Popocatépetl era la abuela de nuestra tierra, la madre de todos los que habitamos la región.
Hace una semana que el pueblo habita solo. Todos huyeron con la noticia de que el gran volcán estaba activo y en cuestión de días ias podia explotar. Según la leyenda, Popo mataría a sus hijos con la misma lava con la que fueron creados-- la matanza ocurriera cuando sus hijos acabaran con la tierra que les había regalado. Y hoy el pueblo está solo, ni un pájaro que vuele sus cielos. El alma que lo habita y lo mantiene vivo es la mía-- en espera a que regrese nuestra madre a recogernos y dejarnos hechos cenizas.
“Mama, vente con nosotras… por favor Ma no te quedes sola aquí en este infierno,” lloraban mis hijas. Pero mi deber era quedarme. De niña le había jurado a mis padres que cumpliría su deseo cuando se llegara el día de la erupción. Yo sabía exactamente lo que tenía que hacer y nada ni nadie podría cambiar mi voluntad de quedarme.
Sin noción del tiempo, escuché la explosión por la madrugada y en segundos nuestra tierra se llenó de humo negro, negro como mis ojos. Y ahi entendí por que me tenía que quedar.
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