Instrucciones de cómo llorar. Ejercicio #7

Primero: es necesario encontrar un lugar aislado lejos de gente metiche que pueda criticar su llanto y dolor. Segundo: recárguese con la espalda y cabeza contra una pared; deslice su cuerpo lenta y dramáticamente hasta llegar al suelo llevando sus temblorosas manos hacia su cara cubriéndola por completo. Tercero: frunza el seño lo más que pueda mientras piensa en los gatitos y perritos abandonados de la calle que anuncian en la TV. Si esta imagen no produce ninguan lágrima, retire un vello del interior de su nariz. Si aún así no derrama ni una sola lágrima, sintonice cualquier canción de Vicente Fernández: ningún macho por más macho que sea se resiste a derramar una lágrima con estas canciones. Cuarto: una vez que ya esté en el suelo y que ya haya comenzado a llorar, coloque su cuerpo en posición fetal y comience a quejarse como niño chiquito latoso al que no le dan lo que quiere cuando sale con sus padres de compras. Por último: disfrute su solitario y agonizante dolor.




En nuestro grupo conversamos que las instrucciones deben ser demasiado obvias y exageradas, e incluso desviarse de la acción que se está describiendo.