La realidad
del caso es que el 99% del tiempo no recuerdo mis sueños, pero el día que lo
hago no dejo de atormentarme pensando en lo que soñé, pues como la mayoría de
las personas supersticiosas tengo miedo a que me suceda en la vida real. Y digo
miedo porque las pocas veces que recuerdo mis sueños se trata de alguna
tragedia, y aunque no lo crean mi miedo es justificado y viene de una experiencia
de mi niñez que me cambio la vida para siempre.
¿Quién lo diría?,
años después tratando de acordarme de mis sueños para completar una actividad
con el miedo que le tengo a acordarme de ellos. Pero bueno, después de varios días
intentando hoy soñé algo y por primera vez en lo que recuerdo de mi vida, no es
algo trágico. Soñé que estaba en la casa de mi abuelita, acostada en una hamaca
como en los viejos tiempos. Lo raro del sueño es que en la casa de mi abuela había
mucha gente que yo no conocía y todos venían a comprar gallinas lol. Yo sabía
que mi abuela era la costurera del barrio, pero jamás que vendería gallinas a todo el barrio en
un sueño. Lo mas chistoso es que me acorde del comentario de una de nuestras compañeras
sobre la familia de gallinas en clase y no he dejado de reírme escribiendo este relato.
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