La ventana que escogí esta posicionada en la parte derecha de la entrada principal de la casa. Lo que se llega a observar en esta ventana es el patio del vecino. A primer vistazo lo primero que cautiva mi mirada es la nieve que cubre una gran porción del patio. Sillas y mesas frizadas, una pelota que a sido abandonada por semanas, y una bandera de méxico que está amarrada a un palo de metal mientras ondea todo el dia. Aparte del patio también se alcanza a ver la calle principal en la cual se encuentran carros estacionados.
La ventana en que voy estar describiendo es la ventana enfrente de mi casa móvil hacia una carretera chica. Cuando veo afuera de mi ventana veo carros estacionados al otro lado de la calle. La calle mide a tres carros de ancho. Hay casas móviles que tienen césped a un lado de la casa que mide a diez pies. Veo niños que juegan con una pelota de futbol y lo patean de un lado al otro con tanta calma para no pegarle a un carro. Veo arboles a la distancia y se meciesen con el aire que les pega. El sol también esta a distancia y me pega con tanta fuerza que siento que la cara se me quema. Pero lo caliente es muy calmante y me da sensación de sueño. Veo otro grupo de niños que corren de un lado a otro supuestamente jugando a las “escondidas”. Hay una calle a la izquierda que pasan los carros también y hay muchas familias que pasan en esa calle. Las familias sacan a sus familias a pasear y a los perros también. Se oyen los pájaros canta en la distancia pero nunca se ven. A unos minutos después oigo a alguien tocar la puerta y me levanto y abro la puerta. Es mi mejor amigo que viene a invitarme a jugar futbol con el al parque.
La ventana que escogí de mi casa para describir es la que esta localizada en la cocina. Lo primero que se ve cuando uno mira afuera de la ventana son los arboles cubiertos en tanta nieve y los techos de las casas cubiertos en nieve blanca. Hacia la izquierda uno puede ver una calle sola sin muchos carros, pero los carros que están visibles están cubiertos de nieve también. Pero, hacia atrás se puede ver un callejón. En el callejón se puede observar un gato negro caminando hacia un jardín de una casa. Y en un garaje se puede ver un señor haciendo mecánica en su automóvil. 4 minutos después, en la calle sola puedo ver el automóvil de mi abuelo llegando a mi casa para venir a visitar. Empezó a caer nieve nuevamente.
Al observar por la ventana de mi cuarto puedo ver la casa de dos pisos de mi vecino. La cual está pintada de azul y blanco y cuenta con un patio gigantesco, el cual en el verano estaba compuesto por un hermoso y colorido jardín. Ahora no queda nada, solo los arboles sin hojas cubiertos de nieve, manzanas en el césped, un canasto de baloncesto y una piscina que nadie usa. La casa aun esta adornada y tiene un aire navideño, cuenta con luces de colores y un Santa Claus inflable el cual llama mucho la atención de mi hijo cada vez que lo ve. Mas allá de la casa se observa la carretera y muchos carros estacionados en la orilla que al igual que los arboles están cubiertos de nieve. Sin duda hay mucho que observar, pues en la carretera hay mucho movimiento tanto de carros como de personas. Se observan madres buscando a sus hijos de la escuela, personas caminando sus mascotas, niños corriendo y carros estacionándose.
Me siento en el sofa gris de mi sala y me ajusto para poder mirar por la ventana que da hacia la calle. Lo primero que noto es el color de mi porche, en el verano luce un color café tipo chocolate y en estos días su color es un café opacado por lo blanco de la sal que echamos. Por en frente veo los condominios que aún tienen tendidas sus luces navideñas y por su ventana se ve el árbol de navidad apagado. Por en frente de las casas estan los botes negros de la basura y los azules de reciclaje, ya que el callejón está muy angosto y no permite pasar a los camiones de basura, los vecinos de enfrente tienen sus botes de portada. La nieve convertida en hielo, acomulada en las banquetas, hace que los carros se estacionen como a un pie de la banquete haciendo que la calle porte aún más angosta de lo que está. Mi calle luce sola sin ningún ruido ni nadie que la camine.
Desde la venta de la sala de mi casa veo a mis escalones color marrón de la entrada principal. También veo la nieve enfrente de mi, donde antes estaba el pasto. Hoy fue un dia muy nublado. El cielo está gris y ya pronto va a oscurecer. Como ya es tarde, mi vecinas chismosas están llegando de las escuelas con sus crías. Ellas están estacionando sus camionetas y rápidamente se meten a sus casas con sus hijos por el frío. Un carro que siempre me llama la atención y el cual lo puedo ver desde mi ventana es el carro verde de un vecino. Este carro me llama la atencion por que es verde pero un verde muy único. Yo diría que es verde limón o verde claro como el de ciertos tipos de ranas. Ese carro es extremadamente llamativo y es más pequeño que los otros carros. Otra cosa que está enfrente de mi es la boca de incendio o como le dice mi barrio la pompa de agua. La pompa, la cual la abren cada verano cuando hace mucho calor para que la gente se moje, es roja y resalta entre la blanca nieve que hay en el piso.
Al pararme defrente de la ventana de mi sala, puedo observar la oscuridad que hay afuera. Un simple poste de luz trata de alumbrar todo el vecindario. Esta débil luz se alcanza a reflejar en el gran manto blanco y frío de nieve que cubre por completo el poco césped del jardín que compartimos entre vecinos. Puedo ver desde aquí, el pino al final del jardín todavía iluminado y decorado como si apenas se aproximaran las fiestas navideñas. Pareciera que no tengo vecinos, pues ninguno de ellos suele salir afuera ni a estas horas ni a ninguna. Desde aquí puedo alcanzar a ver las luces de los coches entrando o saliendo de nuestro estacionamiento compartido, avisándome que alguien a llegado o se ha ido. De igual manera, puedo ver las puertas traseras de las casas del edificio de enfrente, mismo edificio que me impide ver hacia la calle principal lo cual me hace sentir aislada del resto del vecindario.
La ventana detrás de mi casa esta muy bien escondida entre todas las casas, y me deja ver el resto de la ciudad. Aunque la ventana no esté en un lugar tan alto, es lo suficiente alto para que vea las vidas de las demás personas, mis vecinos, los carros que pasan en las demás calles, y hasta la torre más alta en Chicago. En la primaver puedo ver los pájaros volando, niños corriendo por los callejones, la venta de droga a cinco minutos de mi casa, el grafiti que dejan los muchachos que suelen buscar un grupo al que le pueden pertenecer. Se ven los rayos y la lluvia de maner clara de la ventana, la caída de nieve en el invierno, y cohetes que se prenden cada julio, y cada vez que hay pelea en la televisión. La ventana deja que vea como va la cuidad, la condición en la que está, la gentrificación que pasa poco a poco con los edificios que se construyen, cada vez más y más similares, obstruyendo mi punto de vista de la ventana más cerca a mi cuarto.
Desde el segundo piso y sentado en mi cama alcanzo a ver la casa de mi vecino por mi ventana. Mi ventana esta justo a la mitad de mi casa. Después de fijar mi mirada un poco, el mosquetero me llama la atención y no puedo dejar de ver por los millones de agujeros que tiene. Dependiendo la hora del día, se puede ver mi reflejo en la ventana. Tiene un protector de “privacidad”, que en el día se puede ver para afuera sin que te puedan ver, pero en la noche se ve para adentro si hay luz, y de adentro se ve mi reflejo como si fuera espejo. Por eso hay una cortina que tapa la luz y no se puede ver para adentro. Justo afuera de la ventana esta una yarda grande de mi vecino, y en el centro está un árbol que llega un poco más alto que mi ventana. Tiene las ramas largas y delgadas como un puerco espín, pero esta pelón y sin hojas por el frío. También puedo ver la casa de mi otro vecino, esa casa es tipo familiar, de ladrillo y solo tiene el primer piso y el sótano. Puedo ver las escaleras que llegan a su entrada principal, cuales están pintadas de blanco. Del lado que alcanzo a ver de su casa cuento seis ventanas, tres en el primer nivel y tres en el sótano. Cinco están apagadas, solo una en la parte de atrás esta prendida. Si enfoco mi mirada más al fondo alcanzo a ver varios árboles, unos que están en la esquina de mi cuadra. Todos se ven un poco tristes porque no tienen nada de hojas. Seguido también pasan los aviones y puedo ver sus luces cuando van volando hacia el centro de la ciudad para dar vuelta y dirigirse hacia el aeropuerto.
La primera cosa que noto fuera de mi ventana son las luces blancas brillantes que iluminan los diferentes pisos de los edificios altos. A diferencia de la ventana en mi casa, puedo ver el icónico perfil de Chicago. Justo fuera de mi ventana hay árboles desnudos que se ven negros porque el sol ya no está brillando su luz. En cierto modo, las ramas parecen como si me estuvieran agitando debido al viento que sopla a través de ellas. En la calle, veo a la gente conduciendo, pasando sus días. Siempre me deja preguntándome adónde van y quiénes son. Todo el mundo tiene una historia única y siempre recuerdo eso cuando veo los diferentes coches pasando por aquí. La nieve en la acera finalmente está empezando a derretirse. Cuando cierro los ojos y escucho atentamente, puedo oír los sonidos de los coches y autobuses que pasan. De vez en cuando se oyen los cuernos distantes de los coches. En este momento en particular, escuché a grupos de personas caminando riendo. Escuchar la risa siempre me hace sonreír porque me recuerda a casa. En casa, siempre se escuchan risas en toda la casa y siempre son recibidos con una sonrisa. Durante los últimos tres años, he llegado a conocer esta visión como mi hogar lejos de casa. Me ha vuelto familiar. Me da la bienvenida cada vez que entre en mi apartamento, lo que me permite mirar el mundo desde el exterior.
Admiro el hielo que congela la ventana por la que miro hacia afuera. Me enfoco en los detalles más lejos que puedo alcanzar; el ladrillo rojo de la casa al cruzar la calle. Noto las dos macetas grandes que se sientan una en cada lado de las escaleras. Están tapadas de nieve y me doy cuenta de que extraño las flores hermosas de color morado; las que existían dentro de ellas en el verano pasado. Luego, veo ese gigantesco árbol, que, a pesar del cambio de temporada tras temporada, se mantiene firme, quizás aún más que la misma casa. Aun así, al contrario del tronco grueso, sus ramas cuales redondean su cabeza son impulsadas a bailar en sincronismo con el paso del viento. Me despierta el zumbido de un carro y de repente, mis ojos se centran en la cara de la señora que descubrió el carro al pasar con toda velocidad. La señora mira a los dos lados y cuidadosamente cruza la calle con pasos cansados pero seguros. En el suelo, la siguen unas huellas que se han quedado dibujadas en la blanca y suave nieve que ella abandona. Noto que mi vecino se encuentra paleando nieve, ella sonríe y lo saluda de distancia con la mano. La esconde en su chamarra de inmediato, no de él, pero del frio intenso del día. Me dan pesar y delirio las luces de colores enredadas en el arbusto pequeño enfrente de mi casa. Lo más cerca que veo es la belleza en lo más sencillo como esas tales figuritas geométricas, que componen las copitas de nieve cuales han formado el hielo duro que decora la ventana más grande en la sala de mi humilde casa. Alguien abre la puerta principal con una urgencia que te daría susto si no prestabas atención.
¡Hola mamá! ¿Cómo te fue hoy? Ella es lo más cercano a mí.
Escogí la ventana a la izquierda de la puerta principal de mi casa. Al mover las cortinas blancas que cubren la ventana, puedo observar la mitad de las escaleras blancas y la maceta de barro de mi madre. Se puede ver el césped cubierto de hielo y nieve. Hay muchos autos estacionados en la calle bajo los postes de luz. Se puede ver los dos arboles secos enfrente de mi casa junto a los de mi vecino. También puedo observar una bandera en apoyo a los policías de Chicago, y los techos cubiertos de nieve.
La ventana que yo escogí está localizada en el comedor en el segundo piso de la casa. Son tres ventanas juntas y lo primero que veo son los techos de los vecinos cubiertos en nieve. Al lado derecho se puede ver árboles sin hojas. Hace viento porque las ramas del los árboles se mueven con mucha rapidez. El humo ha comenzado a salir de la chimenea del vecino. Los vientos soplan de este a oeste. Veo el color azul en cielo desvaneciéndose en los colores naranja claro y rojo oscuro. Hay una pequeña cantidad de nubes.
Elegí la ventana de la sala porque por la de mi cuarto solo se ve la ventana de mi vecino. Me senté en la sala, y desde mi sillón se puede ver la soledad afuera. la mala vibra, la triste epidemia que se ha apoderado de este mundo. Por la ventana mas grande, solo se ve la troca negra de mi vecino, que ha estado estacionada en el mismo lugar desde ya hace 3 semanas. No han salido, no hemos salido, solo los que trabajamos. Desde mi ventana se vive la desesperación de los que han perdido su trabajo, el miedo de los que seguimos trabajando y tenemos miedo de infectar a nuestros familiares. Y también desde mi ventana, se mira el cielo, y de pronto llega la esperanza de que todo esto se termine...
La ventana que escogí esta posicionada en la parte derecha de la entrada principal de la casa. Lo que se llega a observar en esta ventana es el patio del vecino. A primer vistazo lo primero que cautiva mi mirada es la nieve que cubre una gran porción del patio. Sillas y mesas frizadas, una pelota que a sido abandonada por semanas, y una bandera de méxico que está amarrada a un palo de metal mientras ondea todo el dia. Aparte del patio también se alcanza a ver la calle principal en la cual se encuentran carros estacionados.
ReplyDeleteLa ventana en que voy estar describiendo es la ventana enfrente de mi casa móvil hacia una carretera chica. Cuando veo afuera de mi ventana veo carros estacionados al otro lado de la calle. La calle mide a tres carros de ancho. Hay casas móviles que tienen césped a un lado de la casa que mide a diez pies. Veo niños que juegan con una pelota de futbol y lo patean de un lado al otro con tanta calma para no pegarle a un carro. Veo arboles a la distancia y se meciesen con el aire que les pega. El sol también esta a distancia y me pega con tanta fuerza que siento que la cara se me quema. Pero lo caliente es muy calmante y me da sensación de sueño. Veo otro grupo de niños que corren de un lado a otro supuestamente jugando a las “escondidas”. Hay una calle a la izquierda que pasan los carros también y hay muchas familias que pasan en esa calle. Las familias sacan a sus familias a pasear y a los perros también. Se oyen los pájaros canta en la distancia pero nunca se ven. A unos minutos después oigo a alguien tocar la puerta y me levanto y abro la puerta. Es mi mejor amigo que viene a invitarme a jugar futbol con el al parque.
ReplyDeleteLa ventana que escogí de mi casa para describir es la que esta localizada en la cocina. Lo primero que se ve cuando uno mira afuera de la ventana son los arboles cubiertos en tanta nieve y los techos de las casas cubiertos en nieve blanca. Hacia la izquierda uno puede ver una calle sola sin muchos carros, pero los carros que están visibles están cubiertos de nieve también. Pero, hacia atrás se puede ver un callejón. En el callejón se puede observar un gato negro caminando hacia un jardín de una casa. Y en un garaje se puede ver un señor haciendo mecánica en su automóvil. 4 minutos después, en la calle sola puedo ver el automóvil de mi abuelo llegando a mi casa para venir a visitar. Empezó a caer nieve nuevamente.
ReplyDeleteAl observar por la ventana de mi cuarto puedo ver la casa de dos pisos de mi vecino. La cual está pintada de azul y blanco y cuenta con un patio gigantesco, el cual en el verano estaba compuesto por un hermoso y colorido jardín. Ahora no queda nada, solo los arboles sin hojas cubiertos de nieve, manzanas en el césped, un canasto de baloncesto y una piscina que nadie usa. La casa aun esta adornada y tiene un aire navideño, cuenta con luces de colores y un Santa Claus inflable el cual llama mucho la atención de mi hijo cada vez que lo ve. Mas allá de la casa se observa la carretera y muchos carros estacionados en la orilla que al igual que los arboles están cubiertos de nieve. Sin duda hay mucho que observar, pues en la carretera hay mucho movimiento tanto de carros como de personas. Se observan madres buscando a sus hijos de la escuela, personas caminando sus mascotas, niños corriendo y carros estacionándose.
ReplyDeleteMe siento en el sofa gris de mi sala y me ajusto para poder mirar por la ventana que da hacia la calle. Lo primero que noto es el color de mi porche, en el verano luce un color café tipo chocolate y en estos días su color es un café opacado por lo blanco de la sal que echamos. Por en frente veo los condominios que aún tienen tendidas sus luces navideñas y por su ventana se ve el árbol de navidad apagado. Por en frente de las casas estan los botes negros de la basura y los azules de reciclaje, ya que el callejón está muy angosto y no permite pasar a los camiones de basura, los vecinos de enfrente tienen sus botes de portada. La nieve convertida en hielo, acomulada en las banquetas, hace que los carros se estacionen como a un pie de la banquete haciendo que la calle porte aún más angosta de lo que está. Mi calle luce sola sin ningún ruido ni nadie que la camine.
ReplyDeleteme gusta mucho que mencionas los colores de lo que estas describiendo. Yo tambien tengo un sofa gris en mi sala.
DeleteDesde la venta de la sala de mi casa veo a mis escalones color marrón de la entrada principal. También veo la nieve enfrente de mi, donde antes estaba el pasto. Hoy fue un dia muy nublado. El cielo está gris y ya pronto va a oscurecer. Como ya es tarde, mi vecinas chismosas están llegando de las escuelas con sus crías. Ellas están estacionando sus camionetas y rápidamente se meten a sus casas con sus hijos por el frío. Un carro que siempre me llama la atención y el cual lo puedo ver desde mi ventana es el carro verde de un vecino. Este carro me llama la atencion por que es verde pero un verde muy único. Yo diría que es verde limón o verde claro como el de ciertos tipos de ranas. Ese carro es extremadamente llamativo y es más pequeño que los otros carros. Otra cosa que está enfrente de mi es la boca de incendio o como le dice mi barrio la pompa de agua. La pompa, la cual la abren cada verano cuando hace mucho calor para que la gente se moje, es roja y resalta entre la blanca nieve que hay en el piso.
ReplyDeleteAl pararme defrente de la ventana de mi sala, puedo observar la oscuridad que hay afuera. Un simple poste de luz trata de alumbrar todo el vecindario. Esta débil luz se alcanza a reflejar en el gran manto blanco y frío de nieve que cubre por completo el poco césped del jardín que compartimos entre vecinos. Puedo ver desde aquí, el pino al final del jardín todavía iluminado y decorado como si apenas se aproximaran las fiestas navideñas. Pareciera que no tengo vecinos, pues ninguno de ellos suele salir afuera ni a estas horas ni a ninguna. Desde aquí puedo alcanzar a ver las luces de los coches entrando o saliendo de nuestro estacionamiento compartido, avisándome que alguien a llegado o se ha ido. De igual manera, puedo ver las puertas traseras de las casas del edificio de enfrente, mismo edificio que me impide ver hacia la calle principal lo cual me hace sentir aislada del resto del vecindario.
ReplyDeleteme gustan mucho los detalles que includes como las luces de los coches. se me hace mas facil al imaginarme lo que describes.
DeleteLa ventana detrás de mi casa esta muy bien escondida entre todas las casas, y me deja ver el resto de la ciudad. Aunque la ventana no esté en un lugar tan alto, es lo suficiente alto para que vea las vidas de las demás personas, mis vecinos, los carros que pasan en las demás calles, y hasta la torre más alta en Chicago. En la primaver puedo ver los pájaros volando, niños corriendo por los callejones, la venta de droga a cinco minutos de mi casa, el grafiti que dejan los muchachos que suelen buscar un grupo al que le pueden pertenecer. Se ven los rayos y la lluvia de maner clara de la ventana, la caída de nieve en el invierno, y cohetes que se prenden cada julio, y cada vez que hay pelea en la televisión. La ventana deja que vea como va la cuidad, la condición en la que está, la gentrificación que pasa poco a poco con los edificios que se construyen, cada vez más y más similares, obstruyendo mi punto de vista de la ventana más cerca a mi cuarto.
ReplyDeleteDesde el segundo piso y sentado en mi cama alcanzo a ver la casa de mi vecino por mi ventana. Mi ventana esta justo a la mitad de mi casa. Después de fijar mi mirada un poco, el mosquetero me llama la atención y no puedo dejar de ver por los millones de agujeros que tiene. Dependiendo la hora del día, se puede ver mi reflejo en la ventana. Tiene un protector de “privacidad”, que en el día se puede ver para afuera sin que te puedan ver, pero en la noche se ve para adentro si hay luz, y de adentro se ve mi reflejo como si fuera espejo. Por eso hay una cortina que tapa la luz y no se puede ver para adentro. Justo afuera de la ventana esta una yarda grande de mi vecino, y en el centro está un árbol que llega un poco más alto que mi ventana. Tiene las ramas largas y delgadas como un puerco espín, pero esta pelón y sin hojas por el frío. También puedo ver la casa de mi otro vecino, esa casa es tipo familiar, de ladrillo y solo tiene el primer piso y el sótano. Puedo ver las escaleras que llegan a su entrada principal, cuales están pintadas de blanco. Del lado que alcanzo a ver de su casa cuento seis ventanas, tres en el primer nivel y tres en el sótano. Cinco están apagadas, solo una en la parte de atrás esta prendida. Si enfoco mi mirada más al fondo alcanzo a ver varios árboles, unos que están en la esquina de mi cuadra. Todos se ven un poco tristes porque no tienen nada de hojas. Seguido también pasan los aviones y puedo ver sus luces cuando van volando hacia el centro de la ciudad para dar vuelta y dirigirse hacia el aeropuerto.
ReplyDeleteLa primera cosa que noto fuera de mi ventana son las luces blancas brillantes que iluminan los diferentes pisos de los edificios altos. A diferencia de la ventana en mi casa, puedo ver el icónico perfil de Chicago. Justo fuera de mi ventana hay árboles desnudos que se ven negros porque el sol ya no está brillando su luz. En cierto modo, las ramas parecen como si me estuvieran agitando debido al viento que sopla a través de ellas. En la calle, veo a la gente conduciendo, pasando sus días. Siempre me deja preguntándome adónde van y quiénes son. Todo el mundo tiene una historia única y siempre recuerdo eso cuando veo los diferentes coches pasando por aquí. La nieve en la acera finalmente está empezando a derretirse. Cuando cierro los ojos y escucho atentamente, puedo oír los sonidos de los coches y autobuses que pasan. De vez en cuando se oyen los cuernos distantes de los coches. En este momento en particular, escuché a grupos de personas caminando riendo. Escuchar la risa siempre me hace sonreír porque me recuerda a casa. En casa, siempre se escuchan risas en toda la casa y siempre son recibidos con una sonrisa. Durante los últimos tres años, he llegado a conocer esta visión como mi hogar lejos de casa. Me ha vuelto familiar. Me da la bienvenida cada vez que entre en mi apartamento, lo que me permite mirar el mundo desde el exterior.
ReplyDeleteAdmiro el hielo que congela la ventana por la que miro hacia afuera. Me enfoco en los detalles más lejos que puedo alcanzar; el ladrillo rojo de la casa al cruzar la calle. Noto las dos macetas grandes que se sientan una en cada lado de las escaleras. Están tapadas de nieve y me doy cuenta de que extraño las flores hermosas de color morado; las que existían dentro de ellas en el verano pasado. Luego, veo ese gigantesco árbol, que, a pesar del cambio de temporada tras temporada, se mantiene firme, quizás aún más que la misma casa. Aun así, al contrario del tronco grueso, sus ramas cuales redondean su cabeza son impulsadas a bailar en sincronismo con el paso del viento.
ReplyDeleteMe despierta el zumbido de un carro y de repente, mis ojos se centran en la cara de la señora que descubrió el carro al pasar con toda velocidad. La señora mira a los dos lados y cuidadosamente cruza la calle con pasos cansados pero seguros. En el suelo, la siguen unas huellas que se han quedado dibujadas en la blanca y suave nieve que ella abandona.
Noto que mi vecino se encuentra paleando nieve, ella sonríe y lo saluda de distancia con la mano. La esconde en su chamarra de inmediato, no de él, pero del frio intenso del día. Me dan pesar y delirio las luces de colores enredadas en el arbusto pequeño enfrente de mi casa. Lo más cerca que veo es la belleza en lo más sencillo como esas tales figuritas geométricas, que componen las copitas de nieve cuales han formado el hielo duro que decora la ventana más grande en la sala de mi humilde casa.
Alguien abre la puerta principal con una urgencia que te daría susto si no prestabas atención.
¡Hola mamá! ¿Cómo te fue hoy?
Ella es lo más cercano a mí.
El texto es perfecto, ya que no solo describe lo que ve fuera de su ventana sino que tambien recrea una escena.
DeleteEscogí la ventana a la izquierda de la puerta principal de mi casa. Al mover las cortinas blancas que cubren la ventana, puedo observar la mitad de las escaleras blancas y la maceta de barro de mi madre. Se puede ver el césped cubierto de hielo y nieve. Hay muchos autos estacionados en la calle bajo los postes de luz. Se puede ver los dos arboles secos enfrente de mi casa junto a los de mi vecino. También puedo observar una bandera en apoyo a los policías de Chicago, y los techos cubiertos de nieve.
ReplyDeleteLa ventana que yo escogí está localizada en el comedor en el segundo piso de la casa. Son tres ventanas juntas y lo primero que veo son los techos de los vecinos cubiertos en nieve. Al lado derecho se puede ver árboles sin hojas. Hace viento porque las ramas del los árboles se mueven con mucha rapidez. El humo ha comenzado a salir de la chimenea del vecino. Los vientos soplan de este a oeste. Veo el color azul en cielo desvaneciéndose en los colores naranja claro y rojo oscuro. Hay una pequeña cantidad de nubes.
ReplyDeleteme gusta todos los detalles que incluyes como cuando dices que los vientos soplan de este a oeste. muy buen trabajo.
DeleteElegí la ventana de la sala porque por la de mi cuarto solo se ve la ventana de mi vecino. Me senté en la sala, y desde mi sillón se puede ver la soledad afuera. la mala vibra, la triste epidemia que se ha apoderado de este mundo. Por la ventana mas grande, solo se ve la troca negra de mi vecino, que ha estado estacionada en el mismo lugar desde ya hace 3 semanas. No han salido, no hemos salido, solo los que trabajamos. Desde mi ventana se vive la desesperación de los que han perdido su trabajo, el miedo de los que seguimos trabajando y tenemos miedo de infectar a nuestros familiares. Y también desde mi ventana, se mira el cielo, y de pronto llega la esperanza de que todo esto se termine...
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